Margarita
No me des esa mirada,
Cuando te mando una palabra,
Me extraña no verte enterrada en el jardín.
Quisiera besarte hasta exprimir,
Toda la sangre tuya que se encuentra inerte,
Enmedio del césped hueco,
Que ahoga mi memoria vaga.
Quiero derretirme, volar y deshacerme,
Por que aunque mucho la pena vale,
Más de la cuenta pesa,
Y no me deja disfrutarte a cada momento.
De las flores del jardín,
La verdad que tú no eres la más bella,
Ni la más radiante,
Pero sí la única con el valor de adorarme margarita.
Por eso me vuelvo loco ante tu ausencia,
E infeliz con tu poca presencia,
Debería, Margarita, tratarte algo mejor,
Pero no puedo.
Aunque te amo con alevosía y ventaja,
Me encuentro envuelto,
En esta condena que morfeo me ha puesto hace tantos días,
Y que me retiene entre hojas de tabaco rubio.
No quiero perderte Margarita,
Lo unico que yo deseo,
Es despertar al amanecer y obtener de nuevo,
Esa razón que se instala en los portales de tu memoria en la mía.
Por que has sido mi compañera,
En el silo, en el sillon y la cocina,
Una y otra vez hasta el cansancio,
Sin decir ni una palabra de mis contracciones.
Por tí Margarita lloro cada noche,
Por que quiero tenerte más de lo que te tengo,
Y ahorrarte lo de vivir lo que he vivido,
Flor hermosa del jardín.
No sé cómo más apantallarte,
Si es que necesito hacerlo,
Por que me da la vida tu vida y tu presencia,
Y me muero cuando sea que de ti me abstengo.
Por favor, por favor, me desespero,
Y no puedo más por que de mi se hizo un cobarde,
Me destroza no saber tocar tus delicados pétalos,
Ni beber tu aroma del aire.
No es la amargura que me asfixia,
Ni el mundo arcano que me aplasta,
Soy yo, mi vida margarita,
A quien poco el fulgor le basta.
Son modales de lo que yo carezco,
Pero manías muchas las que tu me lidias,
Y aunque no hay sábanas limpias en nuestro hogar, ni miel en la alacena,
Hay todo lo que puedo darte desde mi pierna rota del alma.
Por más que escriba, Margarita,
No puedo ni podré desahogarme,
Por tanto que te he fallado,
Por tanto que deberías juzgarme.
Tú eres y seas para mi amor,
En todo momento, por favor te pido.
Hijo de la consciencia nata,
Esclavo del sopor bandido.
Ayúdame Dios a deshacerme,
De las cataratas sobre el velo de mis ojos,
Que ni el sol de la montaña más alta logra desahuciar,
Ante cualquier lamento mío.
Margarita te amo,
Por más que te lo recuerde,
No hay más que tu en esta vida,
Te amo por que tú más que nadie lo merece.