CARESSA EN MINIATURA

Que bonito sería tener,

A Caressa en miniatura,

Ponerla bajo la mesa,

La almohada, 

La alfombra,

Donde esté quieta, silenciosa,

Animada, expectante,

A oir el decreto real de mi padecer.

Pero que costoso sería cuidarle,

Más allá del agua o alimento,

Darle aquello que se merece,

Solo por ser quien es.

Caressa, cuán difícil ha de ser,

Ser tu mayor y mejor postor,

Dia tras día tras día,

Sabiendo que no soy más que un pobre humano.

Buscándote la sonrisa, Caressa,

Moriré esperando en un vacío trono,

De reclamos y falsas bondades, 

Para quien y aquello que no es tú.

Como me encantaría verte,

Posada diario como mariposa,

Estancada en el tiempo y el espacio,

Eterna como el algo que no es nada.

Pero todo es algo y algo es todo,

Y llueve, dentro y fuera,

De todo lugar a donde voy, 

Pero no me olvido ni a palos, de ti.

Que bonito sería tener,

A Caressa en miniatura,

Y ponerle los mejores lienzos,

Pintados por mis mejores escribanos y sirvientes,

Que no tengo y no tendré,

Por la falta que me haces,

Tu y solo tú,

Grande y terrorífica

Caressa.